23 de mayo de 2012

¿Otro recuerdo?

Echo de menos cuando me mirabas y sonreías. Ahora tus sonrisas se han apagado y, el problema, es que creo que yo soy la culpable. Pero tú decidiste que así fuera, así que no me judgues. Mentí por tí, traicioné por tí, pero sobretodo, volví a amar por tí. Y ahora me pregunto: ¿para qué? Para acabar, porque todo lo que empieza acaba. Ahora quedan silencios incómodos, conversaciones vacías y sonrisas fingidas.
Me evitas, y eso, poco a poco, me va destruyendo. No soy quién para decirte lo que tienes que hacer, solo te digo que me estás haciendo daño. ¿Por qué no podemos estar como antes? Cuando no sabíamos nada el uno del otro, antes de decirme que luchara por lo nuestro. ¿Y yo qué hice? Pues luchar, pero me quedé sola en la batalla. Y yo pienso: entonces, si me voy a quedar sola en cada batalla en la que luche, ¿para qué dedicarme a la guerra? En el amor todo es más complicado, bueno, tal vez somos nosotros los que lo complicamos todo.
¿Y qué haré a partir de ahora? Pues estaré sola, porque no tengo quién me acompañe en mi camino, ya que tú y todos los que vinieron contigo han cogido otra vía y no nos volveremos a ver. Eso sí, no te creas que has ganado, porque como tú han habido otros y de ellos quedan recuerdos enterrados en el pasado. Así que, con una sonrisa por delante y un futuro impredecible, seguiremos nuestro camino, por separado.