16 de abril de 2012

Una bonita historia de amor...

Sábado por la tarde, tú y yo caminamos por una calle. No pasan muchas personas, sólo hay dos niños jugando con una pelota mientras sus madres tomas un café en un pequeño bar. Ellas al vernos sonríen, una sonrisa nostálgica, imagino que al mirarnos recuerdan a su primer amor. Nosotros bajamos la cabeza, nos ruborizamos y aceleramos el paso.
De repente, empieza a llover, tú me coges de la mano y tiras de mi. Empezamos a correr y, entre risas, nos refugiamos bajo el porche de una bonita casa de madera. Es pequeña, de un solo piso, con dos ventanas en la parte delantera. Detrás de una de ellas, se enciende una luz. No podemos aguantar la curiosidad y miramos hacia el interior.
La ventana conduce a una pequeña sala, con dos sillones y, al lado de uno de ellos, vemos  a una mujer anciana poniendo un disco de vinillo en  un viejo tocadiscos. Empieza a sonar un música lenta, tranquila, romántica. Sonrío y te cojo de la mano, salimos al jardín de la pequeña casa y, bajo la lluvia, empezamos a bailar la bonita melodía.
Los coches que pasan apresurados por llegar a sus casas se quedan extrañados al vernos. Nosotros no les hacemos caso, estamos en nuestro mundo, los dos solos, bailando la que ahora sería nuestra canción.  Nos miramos a los ojos y sonreímos. Piensas, "qué chica más loca me fui a buscar".
Nos acercamos y, lentamente, nuestros labios se unen. Nos fundimos en un beso, lento, suave, tierno, único.
Al separarnos, me regalas una de esas preciosas sonrisas tuyas, que me dejan sin respiración.
Me siento feliz, completa, y en ese instante sé que por fin he encontrado al hombre con el que compartiré el resto de mi vida y, cuando eso sucede, quieres que el resto de tu vida empiece cuanto antes.

9 de abril de 2012

¿Realmente hay alguien que valga la pena?

¿Existe alguien que esté dispuesto a dar la vida por ti? ¿Alguien que siempre esté a tu lado para lo bueno y para lo malo? ¿Que nunca se canse? ¿Que sea capaz de acompañarte hasta el fin del mundo? Si existe, yo no lo he encontrado y sí, puede que no haya buscado mucho, pero con ese poco ya estoy harta.
He aprendido a no confiar en las personas, a veces, incluso dudo de mí misma. ¿Se puede vivir así? Yo creo que no, no eres feliz viviendo en un mundo lleno de inseguridades... Entonces dices: voy a cambiar, tengo que tener confianza en los demás, no todos son iguales. Y tengo razón, ninguno es igual en la manera de hacerte daño, en eso la verdad que son originales.